Se produce una violenta explosión en el depósito de pólvora y municiones del Estado, existente en el lugar donde actualmente se encuentra el edificio de los Tribunales. Este desastre dejó un lamentable saldo de víctimas y daños materiales, contándose entre éstos, la destrucción de la antigua iglesia, y muerte del Párroco, Pbro. Juan José Unzueta. Resultaron 22 muertos.
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